En el Club Kayak Rioja teníamos la ilusión de que este era un cumpleaños importante. Ya son veinte años los que llevamos celebrando este encuentro y podemos decir con orgullo que el resultado, como siempre, ha sido muy satisfactorio. Las Viniegras habitualmente son muy frías, pero el mercurio esta vez se portó un poco mejor (sólo un poco) y los piragüistas procedentes de todos los rincones pusieron el calor de su entusiasmo y el color de sus kayaks para llenar una vez más los ríos de La Rioja.
No somos capaces de poner número a los asistentes, pero la carpa con capacidad para doscientos estuvo una vez más prácticamente llena. El ambiente fue como siempre lo mejor. Ya sabéis, a todo kayakista que se precie le gusta también el deporte de juntarse con otros para echar unos tragos y hablar sin parar de sus batallas navales. De esto hubo mucho, pero sólo después de haber pasado por el ritual de ponernos los equipos y realizar unos cuantos descensos juntos.
El sábado fue el día del Piqueras y del Iregua, con los kayakeros repartidos por tramos de distintos niveles de dificultad. El Piqueras, como siempre, fue el tramo más retador. Con la primera suelta de la temporada, el agua bajaba muy oscura, dando al río un aspecto cuanto menos respetable. Al llevar un poquito menos de agua de la que hubiésemos querido, las piedras mostraron su cara más dura, convirtiéndose una vez más en escenario de encorbatamientos, nadadas, pérdidas de pala y estropicios en los kayaks. Es conveniente recordar el Piqueras no es moco de pavo y el sábado más de uno tuvimos una pequeña lección de humildad y de natación en duro.
Debido a la coincidencia de muchos piragüistas, también hubo algún que otro incidente con cuerdas "de seguridad" en mitad de las Fuentes y después del Sifón del Iregua. En el paso de las Fuentes no hay ningún rebufo y, a no ser que sea muy urgente lanzar una cuerda a un eventual nadador, es mejor mandar primero a alguien para que dé el aviso aguas arriba y que la gente detenga el descenso para no encontrarnos con enganchones feos y peligros innecesarios. Pensad que encontrarte bajando las Fuentes con una cuerda alrededor del cuello no tiene que ser nada aconsejable.
Por otra parte, en el sifón tuvimos el estreno de la estupenda señalización a base de calaveras, hecho por algunos artistas inspirados en el porteo del río Travo de Córcega. Ver calaveras en el río puede resultar algo inquietante, pero consideramos que es muy necesario recordar que no se puede bajar la guardia ante un peligro como éste. Creemos que este sifón es fácil de evitar si se hace todo con corrección, pero esta condición no siempre se da. Confiamos en que la señalización ayude al sentido común, pues aquí preferimos porteadores prudentes que incautos valientes.
También hay que recordar que a partir de este año el Piqueras se convierte en coto de pesca y los agentes forestales han hecho una limpieza de las riberas que nos deja el río en una condición óptima para su disfrute, como se pudo apreciar el sábado. Esto también significa otra cosa, que las próximas veces que os acerquéis al Piqueras es muy conveniente tener los permisos de navegación de la Confederación Hidrográfica del Ebro en regla y respetar los horarios de 12.00 a 18.00 horas.
Después de darle al Piqueras y al Iregua, tocó cambiar de valle y algunos decidieron descender también el regato Urbión, con algo menos agua de la deseable, pero no por ello menos digno de una bajadita de reconocimiento antes de sentarse a dar cuenta del rancho.
Nuestro chef César, a pesar de estar recuperándose de una lesión de tobillo, vino con su muleta a Las Viniegras para dirigir al equipo de cocina, como siempre con gran éxito. Ánimo César, te deseamos una pronta recuperación, fenómeno! Después de la pitanza, la fiesta continuó en Viniegra de Abajo, donde el grupo Render estuvo tocando hasta las dos de la mañana. Hubo mucho ambiente de gente y la fiesta se prolongó hasta la madrugada con el cierre de los bares.
El domingo fue el día de nuestro clásico descenso reivindicativo del río Najerilla, arrancando en la Venta de Goyo, tradicional punto de encuentro de otros "coletivos" del río. El mensaje que queremos dar con cada una de estas bajadas del Najerilla es bien claro: también tenemos derecho a disfrutar del río. Como siempre, este evento gozó de una gran afluencia de piragüistas de todos los niveles que tuvieron la oportunidad de disfrutar de pasos como Los Troncos o La Manta. En este descenso también es tradicional la variedad de "artefactos" flotantes, como rafts, canorafts o topo-duos.
Después del descenso clásico del Najerilla, tocó acercarse al refugio de pescadores para degustar un almuerzo a base de queso y embutidos, regados con vino riojano, y charlar en buena compañía un rato más, antes de marcharnos todos a casa después de un fin de semana agotador pero muy gratificante.
Estos son algunos de los blogs que compartieron el fin de semana con nosotros;
Nos vemos en la próxima concentración, que se celebrará a finales de
julio en Lumbreras de Cameros. Atentos a las noticias!